Variedades del mundo en Almería

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La Estación Experimental de Cajamar  ha puesto en marcha un ensayo demostrativo en el que en apenas 1.000 metros hay plantadas 280 variedades de hortícolas de diferentes partes del mundo

El sector hortofrutícola almeriense es conocido por ser la huerta de Europa y abastecer de tomate, pimiento, pepino, berenjena, calabacín, judía, melón y sandía a la mayor parte de los consumidores europeos durante prácticamente todos los meses del año. Aún así las posibilidades que ofrece la agricultura almeriense son muchísimas y muy diversas, debido principalmente a que su clima, su situación geográfica y su elevado grado de tecnificación en el sector, que ha permitido optimizar al máximo los recursos para producir en las mejores condiciones de calidad y seguridad alimentaria.

La Estación Experimental de Cajamar Caja Rural ha puesto en marcha un ensayo demostrativo en el que en apenas 1.000 metros hay plantadas 280 variedades de hortícolas de diferentes partes del mundo y distintas tipologías: Pimientos snack, tipo italiano de colores, california morados o púrpuras, berenjenas blancas, calabacines verde claro/blanco o pepinos snack “son las variedades que más están llamando la atención y que parecen más interesantes” para nuestro sector.

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David Meca, Director Técnico de Cultivos de la Estación Experimental explica para Almería en Verde en qué consiste este proyecto. “Este tipo de ensayos se realiza para mostrar la diversidad de especialidades de los diferentes cultivos hortofrutícolas que se producen en el litoral almeriense: frutas y hortalizas de distintos colores, tipologías, formas y tamaños.  Es la primera vez que se hace algo parecido en el contexto de la horticultura almeriense, y más allá de su valor agronómico, consideramos que era necesario para la toma de conciencia de todos los agentes del sector (productores, comercializadores, gerentes y técnicos) de las potencialidades de nuestra agricultura que todavía quedan por explotar, y para dar a conocer al resto de la sociedad del grado de sofisticación que ha alcanzado la agricultura almeriense, que va mucho más allá de los ocho productos tradicionales”.

En la actulidad, y como apunta Meca, las preferencias o características más demandadas en cuanto a semillas y variedades hacen que el sector trabaje constantemente y lo haga para adecuar la oferta a la demanda, especialmente con la mejora de las características organolépticas, la comercialización de nuevos productos, variedades, formatos y presentaciones y la selección de variedades que mejor se adapten a nuestras condiciones ambientales de cultivo.

Variedades con salida comercial

El proceso desde el que se diseña una semilla, se ensaya de forma experimental y se prueba en el terreno con un agricultor es bastante largo porque son muchas las particularidades que hay que tener en cuenta. En concreto, de las 280 variedades que hay en la Estación Experimental “muchas” ya están presentes en el mercado. “Sin embargo, es difícil predecir cuáles de las que se encuentran en fase de desarrollo y experimentación podrán tener una aplicación comercial. Para sacar un producto final son necesarios muchos meses de ensayo y error, mucho tiempo y mucho capital tecnológico. Por eso, en la Estación Experimental de Cajamar invertimos en la identificación de cuáles serán viables a corto y medio plazo, para colaborar con productores y empresas y ahorrarles parcialmente ese coste” apunta David Meca.

Nuevos colores, formas y texturas

Lo más destacado del ensayo suelen ser los productos que cuentan con diferentes tonalidades y colores “que los hacen más atractivos y los diferencian de la producción tradicional a granel, a partir de un diseño en función de una demanda cada vez más exigente y segmentada”. El Director Técnico de Cultivos de la Estación Experimental afirma que del mismo modo que ya no existe un único modelo de consumidor, la oferta debe diversificarse y apostar por la calidad, entendida ésta en un sentido amplio, como la capacidad de nuestros agricultores de satisfacer las diversas necesidades del comprador final (gustos, estado de salud, ritmo de vida, etc.).

Investigación, pilar fundamental de la horticultura

La investigación tiene un papel fundamental porque conecta el conocimiento científico con la generación de valor económico, mediante la mejora de la rentabilidad de los productores. La investigación permite transformar recursos económicos en conocimiento, e innovar, permite transformar ese conocimiento en rentabilidad. “De esta forma, conectando el desarrollo tecnológico con la empresa agroalimentaria, trabajamos para asegurar la sostenibilidad económica, social y ambiental del modelo productivo de la agricultura intensiva mediterránea”.

La Estación Experimental de Cajamar abrió sus puertas en 1975, coincidiendo con el despegue comercial y técnico de la agricultura almeriense, y siendo el primer centro tecnológico de capital privado de la provincia. Con el impulso primero de la Caja Rural de Almería y, a partir del año 2000, de la actual Cajamar, el equipo humano de la Estación ha dirigido sus esfuerzos en trasladar los avances más recientes en agronomía a las condiciones específicas del sistema productivo local almeriense y su industria auxiliar.

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