Entrevistamos a Gabriel Trenzado, director general de Cooperativas Agro-alimentarias de España para desvelarnos los desafíos a los que se enfrentan en este nuevo contexto socio económico.
¿Cómo afronta este nuevo cargo en Cooperativas Agro-Alimentarias?
Con mucho orgullo de haber recibido la confianza de mi Consejo Rector que representa uno de los colectivos más grandes de nuestro país, ya que aglutina a 3.700 cooperativas, más de 1 millón de familias, cerca de 35.000 millones de euros de facturación en todos los sectores productivos, que representa en valor el 65% de la producción final agraria, el 26% de la industria agroalimentaria y emplea directamente a más de 119.000 personas.
Hay que tener en cuenta que el conjunto de la cadena agroalimentaria en España representa el 12% de nuestra economía. Por tanto, creo que es el sector económico más importante de España. Para mí es un orgullo, un reto y un placer participar en el impulso de las cooperativas agroalimentarias ahora y en el futuro.
¿Cuál es el peso de la agricultura almeriense en el cooperativismo nacional?
Es un peso relativamente importante porque a pesar de que el número de cooperativas sea solo del 2%, el peso económico alcanza el 10%.
Hay que tener en cuenta que Almería destaca principalmente por la producción de frutas y hortalizas, que es, de largo, la que mayor valor aporta a todos los sectores productivos a nivel nacional.
En España, las frutas y hortalizas suponen el 30% del cooperativismo que reúne no solo a uno sino a muchos sectores. Por tanto, tiene una importancia básica.
Además, España es la séptima potencia exportadora a nivel mundial y el 70% de frutas y hortalizas que se producen en nuestro país se distribuyen fuera de nuestras fronteras. Esto supone una fuente de riqueza, eficiencia e innovación que hay que reconocer.
En su discurso con motivo del Día del Cooperativismo, que se celebró el pasado 8 de julio en Los Escullos (Almería), dibujó un panorama actual complicado, ¿A qué nos estamos enfrentando en el corto plazo?
Pues lo que dije en ese momento es que nos encontramos ante el reto de las 3 C. Hemos pasado el Covid y estamos sufriendo el conflicto bélico de Ucrania y el problema del cambio climático.
Son retos fundamentales que dibujan un panorama lleno de incertidumbres. No sabemos cuánto va a durar la guerra, y lo que debemos hacer es trabajar en conjunto para buscar soluciones y conseguir que esa incertidumbre se convierta en un riesgo medible. Y aquí las cooperativas juegan un papel fundamental.
Toda la cadena de producción vamos a tener que trabajar por un interés común que es producir alimentos para que nuestra sociedad tenga esa seguridad. Estamos en un sector estratégico y clave.
¿Cuáles son los retos que tiene que acometer las cooperativas para continuar siendo ese motor económico y social del sector agroalimentario?
Principalmente, las cooperativas deben continuar con el objetivo de siempre, por el que llevan trabajando desde hace más de 100 años, que es procurar que las explotaciones de nuestros socios sean rentables.
Para conseguir este objetivo debemos ofrecerles las herramientas tanto en eficiencia como en innovación y comercialización. Y ahí tenemos una clave pendiente siempre -sobre todo, a nivel español, que somos muy potentes a nivel productivo- y es seguir dimensionando nuestras empresas cooperativas para encontrar rentabilidad, atraer el talento, aplicar innovación y hacer frente a los retos de la sostenibilidad que son económicos, sociales y medioambientales.
El reto medioambiental es prioritario y creo que todos debemos tener nuestro foco en él. Tenemos que llevar el peso de ese debate porque somos parte de la solución, sin duda alguna.