¿Qué hacer con el brocoli que no puede llegar fresco o congelado al mercado? ¿Qué hacer con las pequeñas piezas pequeñas o los trozos que no se pueden comercializar de forma óptima?
La mayor cooperativa de crucíferas (borcoli, coles, repollos, ….) del Reino Unido, East of Scotland Growers (ESG), ha encontrado una solución para que su producción de hortalizas sea más eficiente, con menos desperdicio y más rentable: un snack de brócoli.
Son 16 agricultores del centro de Escocia que con una inversión de 2,3 millones de euros pusieron en marcha a finales del año pasado la fábrica de patatas fritas de brócoli, sin gluten y bajas en grasas saturadas, con varios sabores y 100 calorías por bolsita.
Así nació Growers Garden, cuyo gerente comercial, Alan Wallace, explica el proceso: «Estamos tomando brócoli fresco de tamaño pequeño o pequeños trozos, lo cortamos en cubitos y lo hacemos puré y luego lo procesamos en un crujiente mezclándolo con otros ingredientes crudos como hojuelas de papa y fécula de patata, aceite de colza y fibra de arveja». En este momento, las patatas fritas contienen un 29% de brócoli y el objetivo, en junio, es acercarse al 40%».