Malos hábitos alimenticios, deficiencias nutricionales y enfermedades, son tres términos consecutivos, resultado de la evolución del hombre moderno. Son consecuencia de cambios sociales como la incorporación de la mujer al trabajo o la reducción de la unidad familiar y se ven agravados por una falta de adaptación genética humana, debido a la rapidez histórica con la que estos cambios se han sucedido.
Ante esto la industria alimentaria responde con la elaboración de infinidad de productos encaminados a suplir las deficiencias nutricionales, por ejemplo: leches enriquecidas en omega 3, zumos enriquecidos en vitaminas, cereales fortificados con minerales y vitaminas, probióticos…
Por otro lado la industria farmacéutica se encarga de tratar las enfermedades derivadas de dichas deficiencias con la producción masiva (y que además supone un importante gasto público sanitario) de medicamentos como antihipertensivos, antidiabéticos, hipocolesterolemiantes….
Aún quedan pues estrategias por establecer para corregir los malos hábitos que al fin y al cabo son el foco del problema.
Este papel le corresponde, en gran parte, al sector agroalimentario, que además juega con ventaja pues produce anualmente un arsenal de salud integrado por una amplia gama de frutas y hortalizas con un óptimo contenido en minerales, vitaminas y moléculas bioactivas, cuya positiva repercusión sobre la salud, los dota de gran valor no ya solo nutricional, sino comercial.
¿Sabías que los productos mas destacados de la agricultura local poseen propiedades beneficiosas para la salud como?:
Tomate: Cuyo contenido en nutrientes oscila significativamente a lo largo de su proceso de maduración. Podría destacarse que el contenido en licopeno y proteínas aumentan a medida que el fruto madura y adquiere su tono más rojo; y la vitamina C alcanza su pico máximo en un punto de maduración más temprano, cuando el fruto está más verde. Estos datos podrían usarse como valor añadido a la hora de vender un fruto poco maduro pero más rico en Vitamina C o aprovechar destríos con mayor contenido en licopeno y proteínas.
Pimiento verde: Destaca por su elevado contenido en Vitamina C. En el mercado tenemos productos, como zumos envasados, anunciando: “rico en Vitamina C” como un atractivo de venta, siendo en realidad sus cantidades en esta vitamina insignificantes y su contenido en azúcares elevado. Mientras que el pimiento verde, en su forma natural y con un contenido en azúcares muy bajo, contiene 131gr/100gr de vitamina C respecto al los 12gr/100ml del zumo. ¿Por qué el pimiento verde no se comercializa anunciando sus cualidades naturales?
Sandía: Se caracteriza por su elevado contenido en licopeno, además de otros aminoácidos interesantes en proceso de estudio, que aportan protección frente afecciones cardiovasculares y es un potente antioxidante. El licopeno para ser absorbido debe ser liberado de la rígida estructura que lo contiene, sea vía mecánica (triturado, licuado) o aplicando calor. A demás, la molécula de licopeno es liposoluble, lo que implica que su absorción aumente al ser ingerido con grasas. De ahí que el sofrito de tomate o el licuado de sandía sean las mejores y más absorbibles fuentes de licopeno.
Berenjena: Aparte de contener cantidades óptimas en vitaminas y minerales, su piel contiene moléculas con actividad biológica, tales como el ácido caféico y ácido clorogénico (fenoles) o el nasunin (flavonoides), cuya acción anticancerígena se esta investigando.
Calabacín: Posee una versatilidad culinaria que lo hace apto para opciones de cocina baja en calorías.
El ser bajo en calorías también es un objetivo de venta muy perseguido en el mercado y la mayoría de productos “light, sin, 0,0%..” son transformados para conseguir este objetivo.
Melón: En concreto el Cantaloup, posee un elevado contenido de beta-caroteno, pigmento carotenoide con múltiples propiedades derivadas de su acción antioxidante, que ejerce funciones de vitamina A en el organismo. Este pigmento anaranjado, es el responsable del color de esta variedad de melón.