Entrevista a Ramón Fernández-Pacheco, consejero de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul.
En nuestro sector (hortofrutícola bajo invernadero) se viene trabajando desde hace algún tiempo en aplicar aspectos de economía circular y gestión de residuos para lograr un campo más limpio ¿Qué fórmulas pueden establecerse desde su departamento para incrementar esa gestión? ¿Colaboración con los ayuntamientos? ¿Ayudas a las empresas gestoras?
La sostenibilidad es un camino urgente y sin marcha atrás. Supone asegurar las necesidades del presente sin comprometer las necesidades de las generaciones futuras. Y, por supuesto, sin renunciar a la protección del medio ambiente, el crecimiento económico y el desarrollo social. Y la Ley de economía circular (LECA) va precisamente en esta línea de impulsar, incentivar y ayudar a quienes aplican el nuevo modelo circular a la producción o la gestión de residuos.
Desde la consejería de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul se favorece todo lo que tiene que ver con nuevas estrategias de economía circular.
Sólo en la legislatura pasada, la Junta invirtió casi 45 millones en la puesta en marcha de 37 nuevas infraestructuras de gestión de residuos y economía circular y aprobó, además, el Plan Integral de Residuos. Y en 2023, los nuevos presupuestos aprobados cifran en otros 43 millones las inversiones asociadas a economía circular y gestión de residuos a través de la subvención a ayuntamientos y a la construcción de nuevas infraestructuras.
Tenemos claro que la administración ha de ser fuerza impulsora y reguladora de un nuevo modelo, pero igual de claro tenemos que es la empresa la vertebradora del cambio y por eso queremos tender la mano, ofrecer ayudas y darle facilidades. Esa es nuestra prioridad.
De mano de la LECA, se va a abrir una Oficina de Economía Circular que, como unidad administrativa, asesorará, coordinará y gestionará aquellas actuaciones (también las desarrolladas en el sector de la hortofruticultura), susceptibles de acogerse a esta norma.
¿Qué aspectos de su consejería trabajará con su homóloga de Agricultura para potenciar la imagen del invernadero solar de Almería como modelo de agricultura sostenible?
La sostenibilidad va a estar presente en todas las líneas de actuación y, por supuesto, en la agricultura.
Almería, además, tiene una ventaja competitiva con otros países porque los invernaderos almerienses no utilizan combustibles fósiles y hoy en día todo lo que es sostenible, verde, tiene un ‘plus’ para los consumidores que eligen ese tipo de productos elaborados o producidos bajo un prisma de sostenibilidad frente a los que no cuidan ni protegen el medio ambiente.
La sostenibilidad, en la consejería lo tenemos muy claro, es un aspecto transversal que ‘toca’ a todas las consejerías. El objetivo, trabajar todos bajo el mismo prisma tal y como nos ha encomendado el presidente Juanma Moreno.
El Modelo Almería, como tal, es un claro ejemplo de producción y métodos sostenibles ¿Pueden las empresas hortofrutícolas apuntarse a la iniciativa Carbono Cero?
Por supuesto, no sólo pueden, sino que deben. Es un distintivo de prestigio para asociar a su imagen de marca. La idea es invadir con el sello ‘Carbono Zero’ cualquier actividad. Las empresas gestoras de residuos agrícolas, las empresas hortofrutícolas, podrán optar, igual que cualquier otro tipo de empresa, administración o colectivo, al nuevo sello ‘Carbono Zero’. La Junta lo otorgará a aquellas empresas que compensen sus emisiones y las neutralicen. Es un sello que los consumidores, los usuarios de servicios y la sociedad en general, valora cada día más. Ahora, la Junta de Andalucia va a certificarlo.
Recientemente, una encuesta de la organización Interprofesional, HORTYFRUTA, resaltaba el incremento de las prácticas agroecológicas en los invernaderos, que se están convirtiendo en auténticas reservas de biodiversidad funcional ¿Se pueden canalizar desde su consejería alguna línea en este sentido?
Compatibilizar las técnicas agrícolas con la conservación de la biodiversidad es una tarea asumible y un reto que perseguir. Se ha demostrado que no son prácticas excluyentes y que, de alguna manera, contribuyen a generar más valor a nuestras producciones.
En la agricultura extensiva ya hay ejemplos consolidados como las cubiertas vegetales, por ejemplo, en olivar, que se han convertido en reservorios de biodiversidad incluso para la actividad cinegética.
En la agricultura intensiva bajo plástico existe una creciente demanda que entre las consejerías de Agricultura y Sostenibilidad intentaremos canalizar y apoyar.
Almería es la gran huerta de Europa y todo sale del 3,4% del territorio, mientras que casi la mitad, un 49,7%, es territorio protegido ¿Cómo podrían desde la Administración contar a nuestros mercados esta realidad?
Uno de los papeles de la administración es el de apoyar al tejido empresarial, productivo de un municipio, una región o un país. Y ese apoyo se puede traducir en diferentes aspectos, uno de ellos es el de informar, divulgar y poner en valor el talento de quienes hacen posible, por ejemplo, que una de las tierras más áridas sea hoy en día la huerta de Europa. Gracias al modelo Almería, media Europa come productos frescos también en invierno y eso es algo que hay que proteger, potenciar y, sobre todo, divulgar.