Las bacterias como protectoras de los hongos patógenos en las plantas

Cerca del 40% de los cultivos alimentarios mundiales se pierden cada año a causa de plagas y enfermedades vegetales.

Las principales causas son hongos patógenos, seguidos de insectos y virus. Ellos pueden provocar la pérdida total del cultivo como así también la disminución de la calidad del producto, afectando y reduciendo la productividad agrícola.

En la actualidad, la estrategia que se usa para intentar minimizar las pérdidas por enfermedades y plagas es utilizar productos de síntesis química. Estos insumos de origen industrial han incidido en los cambios tecnológicos del agro e influido en el incremento de la producción y los rendimientos de los principales cultivos.

En contrapartida, la utilización de productos químicos genera efectos no deseados sobre el ambiente, afectando a la salud humana y calidad de los alimentos, ocasionando preocupación en el público consumidor. En respuesta a ello, distintas instituciones han intentado regular su uso y aplicación.

Para evitar o reducir los potenciales daños de los productos químicos, los microorganismos emergen como una estrategia potencial para el formulado de productos agroindustriales llamados bioinsumos. Estos podrían desempeñar un papel clave en la conformación de un nuevo paquete tecnológico, disponible para los productores. A su vez benefician al ambiente ya que permiten reducir la demanda de derivados del petróleo para su producción y reducir las trazas de residuos tóxicos en los alimentos. 

En la naturaleza existe una infinita variedad de microrganismos (hongos y bacterias), muchos de ellos, capaces de beneficiar a las plantas. Estos promueven el crecimiento a través de distintos mecanismos que incluyen la disponibilidad de nutrientes y protección contra patógenos, generándose una asociación mutualista microorganismo-planta.

Controladores biológicos

Las bacterias más estudiadas por sus cualidades como controladores biológicos pertenecen a los géneros Pseudomona sp. y Bacillus sp. Estas bacterias pueden producir antibióticos que suprimen enfermedades. Por ejemplo, Pseudomona fluorescens produce un compuesto que inhibe el crecimiento del hongo responsable de la podredumbre radicular del tabaco. Por otro lado se ha observado que Pseudomona putida BP25 y Bacillus velezensis han reducido los síntomas del marchitamiento y amarillamiento producidos por patógenos fúngicos en plantas de pimiento y poroto.

El estudio del control de enfermedades con microorganismos fue concebido a inicios del siglo XIX, cuando Agustino Bassi mostró que el hongo Beauveria bassiana causaba una enfermedad en el gusano de seda Bombyx mori; a partir de entonces se empezó a emplear a los distintos microorganismos para combatir plagas y enfermedades en los cultivos agrícolas. Si bien no es algo nuevo, en los últimos años ha tenido un nuevo auge debido a una mayor demanda de alimentos más saludables, libre de pesticidas e incremento de la conciencia global sobre la importancia de proteger el ambiente y la salud.

Desde entonces, en el campo de la ciencia, se continúa investigando microorganismos para el control de plagas y hongos patógenos en plantas, promotores de crecimiento y bioestimulantes en pro de favorecer una agricultura   sustentable.

Investigación en Argentina

En el Centro de Investigaciones Agropecuarias (CIAP, en Córdoba, Argentina), estamos trabajando en la obtención de bioformulados a partir de bacterias endófitas, para el control biológico de enfermedades fúngicas como así también para la protección contra el estrés hídrico en cultivos regionales: garbanzo y cacahuete.

Reducir los insumos sintéticos y ayudar a los agricultores a adaptarse al uso de estas nuevas biotecnologías donde la intensificación agrícola, el uso de la tierra y el cambio climático aumentan el riesgo de enfermedades devastadoras son desafíos que tenemos los profesionales y técnicos en pos de una bio-revolución y conservación de los recursos naturales mediante la utilización de microorganismos seleccionados por su alta eficiencia e inocuidad.

Para más información: mflorenciasardo@gmail.com

Florencia Sardo

Ing. Agrónoma. Becaria Doctoral CONICET Instituto de Patología Vegetal (IPAVE)-CIAP-INTA

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