Los niveles de temperatura que maximizan la producción están entre 16-20ºC para la noche y 22-30ºC para el día
La campaña hortofrutícola avanza y con ella llegan los cambios de temperatura y el frío. Las temperaturas extremas tanto bajas como altas, afectan al buen desarrollo de los cultivos. Expertos de la Estación Experimental de Cajamar ‘Las Palmerillas’ apuntan a que cuando la temperatura desciende por debajo de 10-12ºC los productos presentan las siguientes alteraciones: Reducción del crecimiento; Disminución de la tasa de asimilación neta; Depresión de la respiración; Reducción del transporte y distribución de asimilados; Disminución de la absorción de agua y sales; Cambios anatómicos y morfológicos; Pérdida de fertilidad; Envejecimiento precoz del tejido fotosintético por necrosis celular.
“Todo esto conduce a una menor producción y calidad de los frutos. Un mayor control de la temperatura del invernadero va a determinar además de un aumento de la producción, un aumento de la calidad del fruto. Los niveles de temperatura que maximizan la producción se sitúan entre 16-20ºC para el período nocturno y 22-30ºC para el diurno”, explica Juan Carlos López, Doctor Ingeniero Agrónomo de la Estación Experimental de Cajamar ‘Las Palmerillas’.
PENSAR en el conjunto del clima
Un adecuado control del clima garantiza una producción elevada y sobre todo una buena calidad. “Debemos de pensar en ‘clima’, además de en temperatura también en humedad, radiación y CO2. Se tienen datos para nuestra zona de mejoras de un 20% en producción al mejorar la temperatura durante el invierno. Además el aumento de productos de primera categoría es claro”, considera Juan Carlos López.
El mantener unas condiciones de temperaturas mínimas durante el invierno, además de las mejoras en producción y calidad, que ya ha apuntado este experto, también “hace que la plantación llegue hasta el final del ciclo en mejores condiciones (primavera)”.