Economía Circular: por un planeta sostenible

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Texto: Flavio Alzueta, Vicepresidente de GLOBALG.A.P.

El modelo económico lineal en el que estamos inmersos por el cual “simplemente desechamos” los bienes que ya no usamos, es posible solo al disponer de grandes cantidades de energía y de otros recursos baratos y de fácil acceso, pero este modelo está llegando ya al límite de su capacidad física.

Por otro lado, según indican los informes llevados a cabo por la FAO, la población mundial alcanzó 7.200 millones en 2014, y se espera que para 2050 habrá aumentado más de 2.000 millones. Es decir, los recursos naturales no renovables se van agotando, mientras que la población aumenta.

Las industrias, cualquiera que sea el sector, generan un gran impacto en el medioambiente y en las comunidades donde están asentadas. Claro está que, parte del impacto que se genera en las sociedades, es positivo pero al mismo tiempo se están pasando por alto los impactos negativos. Afortunadamente las nuevas generaciones son más conscientes de los efectos negativos, y por ende, reclaman más, no solo a los políticos, sino a las empresas proveedoras de bienes y servicios.

¿A qué se denomina Economía Circular?

Por definición, “la economía circular es reparadora y regenerativa, y pretende conseguir que los productos, componentes y recursos en general mantengan su utilidad y valor en todo momento. Este concepto distingue entre ciclos técnicos y biológicos”.

Si aceptamos que la economía consiste en un ciclo continuo de desarrollo positivo que conserva y optimiza los recursos naturales, minimizando los riesgos, esto nos lleva a la confirmación de que debemos integrar nuestros procesos en este ciclo de optimización/minimización. Obviamente, todos buscamos la maximización de los recursos invertidos, pero lo que no está tan claro es si todos somos conscientes del impacto negativo en el medioambiente y en la sociedad que causan parte de nuestros procesos.

Solo el 3% del área del planeta es cultivable

Existe una preocupación generalizada de que se está agotando la tierra agrícola en el mundo. La tendencia hacia la escasez asociada con el crecimiento de la población se agrava por la conversión de tierra agrícola en urbana, por la degradación de la tierra y por otros factores.

Por ello, es crucial que tomemos medidas y, si bien, el principio de las tres erres -reducción, reutilización y reciclado- es conocido, todavía no hemos logrado que se sitúen en el centro del crecimiento económico, con el fin de que los residuos pasen a ser recursos.

En general, el sector agrario ha aplicado el principio de las tres erres desde sus orígenes. Uno de los pilares del sector siempre ha sido la mejora de las especies para obtener mayor productividad, mejor calidad o reducir el consumo de agua, por ejemplo. La gestión de los envases agrarios es un buen ejemplo de la incorporación de este principio, ya que se han involucrado los fabricantes, distribuidores y agricultores.

¿Agricultura sostenible?

Cabe destacar los esfuerzos que hacen los agricultores por reducir el consumo de agua, por obtener mayores productividades, por generar más puestos de trabajo y consolidar sus fuentes de ingresos.

La agricultura es sostenible siempre y cuando apliquemos ciertos principios. Lo que deberíamos preguntarnos es la cadena de valor agrícola es sostenible. Y aquí entran todos los miembros de la misma, desde los insumos agrícolas, pasando por los envases y terminando por el transporte por carretera (el 22% del CO2 emitido a la atmósfera proviene del transporte).

Por lo tanto, el principio de las 3 erres debe ser parte de los esfuerzos por desarrollar

#Agricultura #Sostenible

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