La crisis energética provocada por la guerra en Ucrania ha desencadenado que, alrededor del 20% de cultivadores holandeses de invernaderos, se vean obligados a dejar de trabajar en invierno por no poder asumir los costes tan elevados de luz. Entre ellos hay muchos productores de tomate. Como consecuencia ya se empiezan a notar las primeras pérdidas en cuota de mercado. «Las cifras de exportación del primer trimestre de 2022 suponen la mitad de las de hace un año», según informa Wilco Van den Berg, de GroentenFruit Huis.
Marruecos, que durante la última década ha mantenido una producción de tomate estable, es uno de los países que puede beneficiar de esta situación. Las cifras de Eurostat muestran que las importaciones europeas de tomates procedentes de Marruecos aumentaron un 9% hasta alcanzar los 475 millones de kilos en 2021. Para el primer semestre de 2022 se prevé un crecimiento del 16%.
En 2010, el país norteafricano produjo 1,43 millones de toneladas de tomates frescos, cinco años después fueron 1,41 millones de toneladas. Las cifras más recientes, de 2020, indican una producción de 1,40 millones de toneladas. En los años intermedios se han producido ocasionales descensos, pero son raros los niveles de producción por debajo de 1,3 millones de toneladas.
Francia, principal comprador
Los últimos datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) muestran que Francia es el mayor comprador de tomates marroquíes, con una cuota del 56,2%. Le siguen el Reino Unido, con un 11%, y España, con un 8,3%.
En 2020, los Países Bajos fueron el segundo mayor exportador de tomate, con un valor de 1.820 millones de dólares. En el mismo año, Marruecos se situó en el cuarto lugar con 852 millones de dólares.
Ahora, los Países Bajos han empezado a importar tomate. En concreto, hace dos años, 312 millones de dólares, principalmente procedente de España (32,3%) y Marruecos, en tercer lugar, con un 15,7%.
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Cerca del liderazgo
Las importaciones de tomate marroquí han aumentado rápidamente, según datos de la Oficina Central de Estadísticas (OCE). Mientras que en 2010 se importaron 3,15 millones de kilos de tomate marroquí, cinco años después ya eran 20,5 millones de kilos. En 2020, el contador se situó en 34,4 millones de kilos. La cifra provisional para 2021 es de 37,3 millones de kilos.
Esto significa que el país se está acercando al líder del mercado, España, que suministró unos 120 millones de kilos de tomates frescos a los Países Bajos en 2010.
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El exportador de frutas y hortalizas EFP International está convencido de que hay oportunidad para el tomate marroquí. Tanto cuantitativa como cualitativamente, se prevé un buen año. El hecho de que los tomates holandeses sean relativamente caros en el mercado mundial da a los tomates marroquíes el impulso inicial para un buen comienzo de temporada.