El equipo de pimiento de BASF lleva años trabajando para lograr su objetivo de ofrecer soluciones que den respuesta a las demandas de toda la cadena de valor. Un híbrido tarda cinco años de media en llegar al mercado. En ese periodo de tiempo, son muchas las personas implicadas en su obtención, desarrollo y promoción. «Cada eslabón de esta particular cadena cumple un papel clave, algunos tienen mayor visibilidad que otros, pero todos dejan su impronta en la variedad que, finalmente, llegue al mercado», asegura Toñi Montesinos, Principal Breeding Specialist Pepper de BASF.
Adelantarse al futuro
La producción hortícola se inicia mucho antes que con la semilla. “Nuestro mayor reto consiste en analizar y saber adelantarnos a los posibles cambios del mercado, de modo que podamos ofrecer al agricultor una solución innovadora”, explica Toñi Montesinos.
Las necesidades son cada vez más cambiantes y exigentes, por ello siempre se busca la superación. «Esta impronta también es intrínseca a todas las variedades de BASF, que persiguen superar a las demás del mercado». Para lograrlo, realizan ensayos “altamente representativos” que de la finca experimental dan el salto a fincas comerciales.
A prueba
En esta segunda fase, el desarrollo, desde BASF ponen a prueba todos sus híbridos,
enfrentándolos a los demás del mercado para “observar si la variedad es lo suficientemente competitiva frente a otras comerciales”, explica Antonio Sances, Regional Product Development Specialist de BASF. También se identifican las fechas de plantación más adecuadas, el mejor manejo y se extraen los datos que, posteriormente, permitirán al equipo de marketing y comercial posicionar la nueva variedad en el mercado.
“Nuestro objetivo es buscar la excelencia y ponerla al servicio de nuestros clientes”, afirma Sances, quien añade que, durante el desarrollo, es esencial “determinar el verdadero valor añadido de la variedad”.
Directos al campo
“El rol del departamento de Marketing es especialmente relevante cuando se va acercando el momento de que la variedad se lance al mercado”, explica David Murcia, Regional Crop Lead EMEA de BASF, quien pone en valor todo el trabajo previo realizado por los breeders y el equipo de desarrollo: “Nos ayuda a entender mejor las necesidades de nuestros clientes, a conocer nuestro entorno competitivo y, a partir de ahí, poder movernos, mostrando a los distintos players de la cadena los beneficios que nuestras variedades pueden aportar para el éxito de su negocio”.
Entre sus funciones, el equipo de marketing determina, junto con el de ventas, el posicionamiento de las variedades y, posteriormente, diseña las acciones de promoción y comunicación (campañas en medios tradicionales, digitales, jornadas de campo…).
Acompañamiento
Por último, es el turno del equipo de ventas. “Lo más importante para mí es la satisfacción del cliente, que sienta que, pase lo que pase, estoy a su lado”, afirma e insiste en que, en esta fase, es fundamental “ser honestos”, explica José Ramón Martínez, Especialista del cultivo de Pimiento en BASF, quien destaca la importancia del acompañamiento al agricultor.
Y es que, como apunta Francisco Marín, Account Manager de pimiento de BASF, “nuestro objetivo último es dar seguridad al agricultor ya que son parte fundamental en la cadena de valor” y, para ello, “el trabajo coordinado de todo el equipo es fundamental, aportando así confianza y seguridad a nuestro cliente”.