La Comisión Europea tiene ya registradas 3.500 indicaciones geográficas, ya sean a través de la Denominación de Origen Protegida (DOP) o la Indicación Geográfica Protegida (IGP), además de las y las bebidas espirituosas como Indicaciones Geográficas (IG) para las bebidas espirituosas.
Entre las segundas se encuentran el Tomate La Cañada o el espárrago de Huértor-Tájar, y entre las primeras, las chirimoyas de la Costra Tropical de Granada, por citar algunas frutas y hortalizas del sur.
A través de estos sellos, se protegen la reputación de nombres de productos específicos, los procesos de producción regionales y tradicionales, u otros elementos esenciales (como razas locales o variedades de plantas) que dan forma al patrimonio culinario en toda Europa.
Razón de compra
El respeto por las tradiciones y el saber hacer locales es un factor importante a la hora de comprar productos alimentarios para una gran mayoría de europeos (del 56 % al 97 % según los países), tal y como muestra el último Eurobarómetro sobre agricultura realizado el año pasado.
Los encuestados también son más propensos a comprar productos alimenticios que provienen de un área geográfica que conocen. En general, un estudio mostró que el valor de venta de un producto con un nombre protegido era en promedio el doble del valor de venta de un producto similar sin certificación.
Según ese mismo estudio, las indicaciones geográficas de la UE representaron un valor de ventas estimado de 74.760 millones de euros en 2017, el 6,8 % del valor de ventas total del sector europeo de alimentos y bebidas estimado en 1.101 millones de euros en 2017. Los vinos representaron más de la mitad de este valor (39.400 millones de euros), los productos agrícolas y alimenticios el 35% (27.340 millones de euros) y las bebidas espirituosas el 13% (10.350 millones de euros).
Mercados nacionales
Las indicaciones geográficas se venden principalmente en los mercados nacionales (58% de su valor de venta). El resto de las ventas se divide a partes iguales entre el mercado de la UE y fuera de la UE.
Los productos con nombre registrado representan el 15,4% del total de las exportaciones agroalimentarias de la UE . Los vinos siguen siendo el producto más importante tanto en términos de valor total de ventas (51 %) como de comercio extracomunitario (50 %).
Más allá de sus fronteras, la UE toma muchas medidas para proteger la autenticidad de los productos y garantiza que los productos de calidad europeos sean reconocidos en todo el mundo. La protección de la IG ayuda a combatir los productos falsificados, que amenazan la reputación de los productos auténticos, locales y regionales y los medios de subsistencia de sus productores.