La rentabilidad del agricultor es asunto de Estado en Alemania

La canciller alemana, Angela Merkel, ha llamado a capítulo a las grandes distribuidoras alemanas para que se analice el dumping comercial (vender por debajo del precio de fabricación o coste como fórmula de competencia) que parecen estar practicando y la apreciación de algunos productos que está afectando de forma muy severa a los agricultores, en el caso del sector agroalimentario.

Supermercado alemán. Foto: Bastian Neumann. CC BY-SA 3.0 de

Según ha informado Lebensmittel Zeitung, a la cita están invitados los directores de Aldi, Lidl, Edeka y Rewe , así como los presidentes y directores ejecutivos de las principales  asociaciones de comercio. Estos cuatro grandes grupos acaparan el 85% del mercado, lo que, según informa el medio alemán, suscita sospechas por parte de los agricultores y también entre los grandes productores de alimentos, quienes se han quejado repetidamente de su desventaja al negociar precios ante tal tamaño de la demanda.

En la reunión con la canciller, estará también presente la ministra de Agricultura alemana, Julia Klöckner, quien ya expresó su comprensión por los agricultores a principios de diciembre después de una cumbre agrícola en la cancillería.

Con la Directiva de la UE 2019/633, la ministra alemana tiene una herramienta en la mano con la que puede ir un paso más allá y proteger a los productores contra las «prácticas comerciales desleales»

Por ejemplo, la cancelación a corto plazo de alimentos perecederos está prohibida. «Hoy puede suceder que un comercio en la noche ordene 30 palés de lechuga a un agricultor de hortalizas, y 15 de ellos se cancelen a las 4.30 de la mañana», criticó Klöckner recientemente en el Parlamento alemán. Y el agricultor se queda descompuesto y sin novio. «¿Por qué es eso posible? Porque el agricultor no se queja, y no porque no quiera quejarse, «porque de lo contrario no se contará con él en la próxima «, aseguraba la ministra.

También es posible que los agricultores solo cobren después de varios meses o que las condiciones de entrega cambien de forma unilateral. La ministra alemana también quiere poner fin a esto: se debe prohibir a los distribuidores que modifiquen por sí solos sin contar con los productores, los términos de entrega, los estándares de calidad y los términos de pago.

Por su parte, las asociaciones comerciales aseguran que los males de la agricultura no están en las prácticas del comercio. Según ellos, el marco legal aplicable establece las pautas para un comportamiento justo en la cadena de suministro. No se necesitan regulaciones adicionales.

Sea como fuere, el día 3 de febrero tendrán que justificar de otra forma sus prácticas comerciales, que afectan más allá de las fronteras alemanas, porque en un mercado como el europeo estas prácticas recaen igualmente sobre la producción hortofrutícola española, teniendo en cuenta que Alemania es el primer país importador de frutas y hortalizas españolas. En 2018, el mercado alemán importó productos hortofrutícolas por valor de 3.431 millones de euros.

Redaccion AenVerde

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