La horticultura invernada genera cerca de dos millones de toneladas de restos vegetales y una cantidad superior a las 30.000 toneladas de residuos plásticos
Conforme se acerca el fin de la campaña hortofrutícola en Almería se aceleran los motores de las plantas de reciclaje y revalorización tanto de restos vegetales como de residuos plásticos. El sector hortofrutícola invernado genera, cada campaña, una cantidad superior a los 2 millones de toneladas de restos vegetales según indican desde la Estación Experimental de Cajamar, y una cantidad superior a las 30.000 toneladas de residuos plásticos, como apuntan desde la Delegación Territorial de Almería de la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del territorio de la Junta de Andalucía.
Estos residuos tienen la consideración de no municipales. Desde la Delegación de Medio Ambiente de la provincia explican que “la normativa sobre residuos establece una serie de obligaciones para los productores, en este caso los dueños de las explotaciones agrícolas, y en particular para los restos plásticos la obligación de encargar el tratamiento de éstos a un gestor autorizado para su gestión”.
En el caso de los restos vegetales existen en la provincia 7 plantas autorizadas para el compostaje, 3 en la zona del Poniente y otras 4 en la zona de Almería-Níjar. “También está permitido la realización del compostaje en la propia instalación y siempre con destino a autoconsumo. No existiendo plantas de aprovechamiento energético”.
Por otro lado, en Almería hay diversos gestores autorizados para la recogida de plástico de agricultura. “Existen unos 25 centros en los que se autoriza la recepción de residuos de plásticos agrícolas, si bien la mayoría son centros en los que se gestionan otros tipos de residuos. De estos 25, 6 están dedicados exclusivamente a la gestión de plásticos. En la mayoría de los centros las operaciones de gestión que se realizan están relacionados con la clasificación y preparación de los residuos para su envío a recicladores finales. Tres de las plantas están autorizadas para la valorización del plástico, con la obtención de granza principalmente de polietileno de baja densidad”, explican desde la Delegación Territorial de Medio Ambiente.
Problemática actual. Saturación
Los principales problemas en la gestión de los restos del sector están relacionados con el gran volumen que se generan y muy concentrados en las zonas de producción. “Debido a la elevada estacionalidad, marcada por las campañas agrícolas, lo que ocasiona problemas puntuales de saturación en las plantas de tratamiento”, informa la Delegación Territorial de Medio Ambiente.
“La gestión de los restos vegetales en la horticultura intensiva, por su gran volumen, heterogeneidad y estacionalidad es un proceso muy complejo. Si bien las mejoras que se están haciendo por parte de las plantas gestoras y la concienciación están consiguiendo que esta sea cada vez más eficiente”, explica José Luis Racero, técnico de la Estación Experimental Cajamar.
Los residuos vegetales vienen mezclados con otros residuos como los hilos de polietileno (rafia), clips, etc. Estos elementos dificultan su gestión y afectan a la calidad del compost obtenido. Desde Medio Ambiente afirman que “el rechazo de estos impropios que se generan en las plantas de tratamiento es muy grande y su posterior valoración es muy difícil, teniendo en ocasiones como único destino la eliminación, lo que encarece su gestión global”.
Gestión idónea
Desde la Estación Experimental de Cajamar, José Luis Racero expone que “la solución a los restos vegetales no debe ser única. Son varias las alternativas disponibles y entendemos que para aquellos agricultores que dispongan del espacio suficiente para poder hacer una gestión óptima de sus restos, la incorporación de estos al terreno es una muy buena opción, ya sea como abonado en verde o como restos compostados”.
Según la caracterización del sistema de producción de la horticultura protegida almeriense que editó Cajamar en 2016, el 87,1% de los agricultores lleva los residuos vegetales a la planta de tratamiento de residuos y de ellos, el 3,1% combina esta acción con su incorporación al suelo en la propia finca o los destina alimento para el ganado. Estas dos opciones son utilizadas de forma independiente en el 4,4% y el 7,1% de las ocasiones, respectivamente.
La Delegación Territorial de Medio Ambiente apunta a que la gestión idónea pasaría por:
-Minimizar la producción de los residuos por parte de los productores, a través del autocompostaje, utilizando materias biodegradables (rafias), separando los residuos en origen o eliminando el contenido de impropios de los materiales plásticos en origen.
-Separar y almacenar los residuos correctamente, no mezclar los plásticos con otros residuos, no mezclar los residuos plásticos de distinto uso y origen y minimizar el tiempo de almacenamiento en la explotación agrícola.
-Realizar el compostaje con la mínima cantidad de impropios posibles para evitar el rechazo.
Avances de futuro
El centro de investigación de la entidad bancaria apuesta por “seguir trabajando sobre los restos vegetales para avanzar en la consolidación de un modelo productivo tan competitivo como sostenible, que mantenga su liderazgo en los mercados internacionales y sea referente en la implementación de nuevos desarrollos tecnológicos y prácticas culturales respetuosas con el medioambiente. Y para ello es imprescindible la colaboración entre todos los agentes de la cadena de valor y del sistema de innovación de Almería”, concluye José Luis Racero.
En este sentido, la Delegación Territorial de Medio Ambiente añade que en las distintas ayudas que se conceden a las explotaciones agrícolas, se debería considerar como aspecto a valorar la correcta gestión de los residuos que se generan. Además, proponen la creación de un sistema colectivo de responsabilidad ampliada del productor (SCRAP) para los productores de los productos plásticos destinados a la agricultura y que, una vez finalizada su vida útil, se convierte en residuos, podría contribuir a evitar el abandono incontrolado de residuos plásticos, pues el coste de su gestión estaría incluido en la factura del plástico nuevo. Hay que tener en cuenta que este sistema se tiene que tramitar a nivel estatal y que la existencia de anteriores SCRAP para estos residuos ha sido problemática.