Fertinagro Biotech acaba de recibir la concesión de una nueva patente europea de una tecnología fertilizante de estimulación microbiana que potencia la fijación de nitrógeno ambiental en el suelo y que permitirá reducir los fertilizantes nitrogenados convencionales y los daños medioambientales.
Registrada bajo el título «Composición fertilizante que incluye iones complejados con sustancias húmicas para mejorar la fijación biológica del nitrógeno por parte de microorganismos presentes en el suelo» la patente tiene validez en España, Alemania, Francia, Portugal, Italia, Reino Unido, Irlanda y Bélgica. Y con ella, suman ya más de 40 las conseguidas por la empresa tanto a nivel nacional como internacional.
La utilización desproporcionada de nitrógeno como fertilizante es hoy en día un gran problema ecológico, ya que es un elemento muy reactivo en el suelo y tiene una gran tendencia a perderse en forma de nitrato u óxidos de nitrógeno cuando se aplica de una forma no controlada.
Existen bacterias en el suelo con capacidad de fijar el nitrógeno gas atmosférico convirtiéndolo en un nutriente asimilable para las mismas. Sin embargo, el deterioro de la microbiota de los suelos por el uso excesivo de fertilizantes convencionales y otros factores de la agricultura, ha provocado que cada vez haya más suelos agrícolas con cantidades reducidas de este tipo de bacterias fijadoras y por tanto menos nitrógeno disponible para los cultivos, lo que ocasiona una reducción importante de la productividad.
La nueva tecnología de Fertinagro Biotech consiste en una composición fertilizante que incluye determinados iones imprescindibles para el proceso de fijación de nitrógeno, complejados con sustancias húmicas que facilitan que estén rápida y permanentemente accesibles para las bacterias que los necesitan, en particular, microorganismos fijadores de nitrógeno, lo que provoca la absorción del mismo por parte de los cultivos.
La aplicación de esta tecnología permitirá reducir la cantidad total de nitrógeno utilizado como fertilizante sin mermar la capacidad del cultivo para generar cosecha.
Esta composición fertilizante, no sólo facilita el desarrollo y el crecimiento de las plantas, sino que también constituye un tratamiento para el suelo, más específicamente para los microorganismos presentes en él, reduciendo la necesidad de nutrirlo con fertilizantes nitrogenados.
Gracias a esta tecnología, que se podrá aplicar a soluciones nutricionales tanto para fertirrigación como para granulados, y que potencia la explotación de los propios recursos naturales como son las bacterias del suelo fijadoras de nitrógeno, se conseguirá una reducción de la energía no renovable utilizada para convertir el nitrógeno en formas asimilables como amonio, nitritos o nitratos.
Todo ello contribuirá a reducir la huella de carbono de la propia actividad agrícola, una reducción de costes para el agricultor y una reducción del coste medioambiental.