En la actualidad, Marruecos cuenta ya con 21.000 hectáreas de invernadero sólo en la región de Souss Massa -aunque lograr datos estadísticos precisos es complicado-, y además, creciendo a un alto ritmo. Por su parte, Almería posee hoy en día 32.800 hectáreas bajo invernadero, con crecimiento anual del 0,8%.
Pero, las hectáreas y posibilidades del país magrebí a un corto plazo hacen que pueda convertirse en el segundo proveedor europeo de tomate (incluyendo el Reino Unido, en donde ya es el primer proveedor).
En 2018, y según los datos del Ministerio de Agricultura marroquí, la superficie de cultivos hortícolas era de 250.000 has con una producción total de 7,5 Millones de toneladas (2 de producción temprana de invernadero y 5 millones de temporada, al aire libre.
El Plan Marruecos Verde, que finalizó en ese año, logró colocar a la agricultura en torno a un 30% del PIB.
Ventajas en transporte y agua
La inversión realizada en Tánger-Med permite acceder fácilmente a los puertos del norte Europa. Es más, a través de Algeciras, el producto marroquí aprovecha el corredor ferroviario central de Alta Velocidad, algo que Almería no puede hacer ya que el corredor mediterráneo no existe.
Respecto al agua, la desaladora de Agadir, inaugurada en enero de 2022, actualmente proporciona un volumen aproximado de 275.000 m3/día, volumen que prevé incrementarse a 400.000 m3/día, lo que le convertirá en la más grande de África. Y el precio estimado para los usuarios está en 5 Dirham/m3, aproximadamente 0,5 €.
Además, el Gobierno marroquí tiene previsto una nueva desaladora en la zona de Dakhla (en el Sahara Occidental), donde también existe una importante actividad de producción agrícola. Todo ello auspiciado por el plan estratégico para la agricultura marroquí “Generation Green 2020-2030”.
Más a su favor: contingentes y mano de obra
Y aunque el tomate es el producto que muestra una mayor afectación por el aumento de la competencia marroquí; sin embargo, este comportamiento se podría trasladar a otros cultivos como el pimiento, calabacín, melón y sandía.
Las exportaciones de tomate marroquí son prácticamente idénticas al total español. Tanto la superficie invernada (casi 11.000 hectáreas invernadas) y su producción asociada (878.000 toneladas) no paran de crecer, año tras año, a ritmos del 15% anual por lo que este cultivo en Almería y España está sometido a una fuerte presión debido a la inflación de costes, incluida la mano de obra, factor sigue siendo la principal ventaja comparativa del país africano. El coste de la mano de obra marroquí ronda los 10-12 Dirham/hora, es decir, una proporción de 1/8 sobre el coste en Almería.
A lo que hay que añadir la inexistencia de una contención arancelaria. Marruecos tiene un contingente de entrada de tomate entre el 1 de octubre y el 31 de mayo, donde no tiene que pagar nada en frontera, al que se suman otras 28.000 toneladas adicionales por si existe exceso en determinados meses, lo que supone un total de unas 285.000 toneladas. Si sobrepasara esta cantidad, debe pagar “derechos ad valorem” (aranceles) del 3,5%, ya reducido en un 60% sobre el 8,8% original en el último acuerdo. Es decir, a Marruecos no le importa pagar ese porcentaje y el contingente lleva años sin modificarse.
El otro mecanismo de protección que tiene la UE sobre las importaciones de terceros países son los precios mínimos de entrada, pero tampoco funciona.
Los precios de importación del tomate de Marruecos se calculan tomando como base el valor de importación, a tanto alzado, calculado diariamente por la Comisión sobre la base de la media ponderada de los precios a la importación representativos por origen que comuniquen los Estados miembros. El problema es que, desde hace unos años, para calcularlo se incluyó el tomate cherry, que normalmente se vende a precios muy superiores al tradicional.
Y mientras, en Almería…
A fecha de hoy, el tomate es, por superficie, el segundo cultivo en importancia en Almería por detrás del pimiento (sin considerar la superficie de sandía).
En año 2022 se estiman unas 8.200 hectáreas (un 2,5% menos que en 2021) con una producción de 745.000 toneladas.
En 8 años se ha perdido un 27% de la superficie y un 32% de la producción.
La exportación en volumen ha seguido una evolución similar. El máximo se alcanzó en 2013, casi 560.000 toneladas. Desde ese año, Almería ha perdido un 31% de las toneladas exportadas. En ventas nacionales también hay una caída.
El retroceso del tomate, que fue el primer producto en importancia en la huerta almeriense, está empezando a repercutir en los datos generales de producción y exportación de la provincia, siendo la hortaliza que más se consume en los hogares nacionales y europeos.