Arranca una nueva campaña con los ojos puestos en la alta subida de los costes de producción en el sector agrícola y que pueden determinar su desarrollo. Para conocer los aspectos y retos que nos aguardan, AenVerde ha hablado con el presidente de COEXPHAL, Juan Antonio González Real.
Desde COEXPHAL han calificado la reciente campaña como inusual ¿Por qué?
Como ya explicamos en nuestro avance de campaña y que ampliamos con más detalle en nuestra memoria anual que presentamos en nuestra Asamblea, la campaña podría haber sido extraordinaria de no ser por varios factores, pero principalmente por la inflación en los insumos y esa gran subida de los costes de producción que hasta ahora nunca habíamos vivido en el sector.
De hecho, los datos muestran que ha habido una bajada en la producción total y eso hizo que los precios medios aumentaran, lo que nos ha dado un resultado final con subida en los ingresos totales.
En términos generales, se ha podido obtener una rentabilidad aceptable. Si no hubiera sido por esos elevados costes de producción podríamos hablar de la mejor campaña de los últimos 10 años.
¿Y cómo se prevé que la campaña que ahora comienza?
Pues con gran incertidumbre porque ya hemos visto en la reciente cómo han aumentado los costes por kilo y no sabemos dónde van a tener su techo. Creemos que la tendencia al alza va a continuar y las empresas productoras y comercializadoras debemos estar preparadas ante una campaña complicada.
Además, la guerra entre Rusia y Ucrania está sumando a ese clima de incertidumbre que afecta a la economía mundial y de alguna manera a nuestro sector, porque se está produciendo una reordenación de la exportación en los mercados de la Unión Europea, ya que el envío de frutas y hortalizas de terceros países a Rusia está finalmente terminando en la Unión Europea. Es decir, productos que acababan en ese mercado ahora tienen su destino en nuestro mercado de la UE.
Ha comentado sobre los terceros países, que dadas las condiciones “preferentes” de las que gozan en Europa resultan otra de las preocupaciones del sector. ¿Cómo podemos hacerles frente?
Con el tema de los terceros países tenemos un problema importante porque en el caso de frutas y hortalizas su calendario coincide con el nuestro, pero cuentan con una importante ventaja en cuanto a precios y a exigencias de calidad.
Y eso qué ha provocado: pues que incluso nosotros, España, nos hayamos convertido con los datos que manejamos del año pasado en el segundo país importador de frutas y hortalizas de terceros países en Europa. Les doy un dato: En los últimos cinco años, España ha importado un 28% más de frutas y hortalizas extracomunitarias y eso está poniendo en riesgo nuestra competitividad en Europa.
Sabemos que nosotros debemos competir con la calidad y con hacer llegar al mercado frutas y hortalizas que cuentan con todos los parámetros exigidos por nuestro mercado.
Europa debe establecer que todas las reglas del juego sean las mismas para todos.
Respecto a esto, el ministro Luis Planas ha anunciado que pedirá a Bruselas se apliquen las denominadas “cláusulas espejo”
Sí, eso es lo exigible y en Europa deben mover ficha al respecto de tal forma que los productos importados tengan las mismas condiciones de producción que rigen dentro de la Unión Europea en cuanto a seguridad alimentaria y preservación del medio ambiente. Y eso no se cumple, a tenor de las alertas por abuso de pesticidas que un día sí y otro también saltan con los productos de estos mercados.
El pasado mes de junio, el Comité Mixto de frutas y hortalizas de Francia, Italia, España y Portugal al que acudí como representante de España se acordó defender la aplicación de las cláusulas espejos a las importaciones de países terceros y se analizó un informe de la Comisión Europea enviado al Parlamento y al Consejo europeos en el que habla de que existe algo de margen para extender la aplicación de las normas de producción de la Unión a los productos importados, siempre que se respeten plenamente las normas de la Organización Mundial del Comercio”. No obstante, añade, que antes de aplicar las normas de producción a las importaciones, es fundamental realizar una evaluación caso por caso.
Pero no hay más avances, y para nuestro sector -y así hemos insistidos desde COEXPHAL y desde FEPEX- este asunto es prioritario para el cumplimento de las mismas normas sanitarias y medioambientales por parte de las producciones de países terceros que llegan al mercado de la UE para garantizar la protección fitosanitaria de las producciones comunitarias y una competencia en igualdad de condiciones.
La incertidumbre de que nos habla tiene también mucho que ver con la crisis energética en la que estamos inmersos. ¿Cómo se puede afrontar este problema desde el sector de frutas y hortalizas?
Nosotros debemos y podemos subirnos al carro de las energías renovables porque son la solución a problemas o crisis como la que estamos viviendo y además porque desde COEXPHAL hemos hecho una apuesta muy firme con la sostenibilidad.
De hecho, ya son varias las empresas de nuestra asociación que están implementando paneles de energía solar en sus instalaciones, que ocupan muchos metros y que de la mano de empresas como Proyecta Ingenio, están dando importantes pasos hacia el autoconsumo.
Además, hace unos meses COEXPHAL se ha adherido a un plan de fomento del autoconsumo y el desarrollo de comunidades energéticas, basados en la aplicación de energías renovables, una iniciativa en la que estamos junto a la Confederación Empresarial de la Provincia de Almería (Asempal), la Asociación de Organizaciones de Productores de Frutas y Hortalizas (Coexphal), el Grupo Ecologista Mediterráneo (GEM), la Federación de Regantes de Almería (FERAL) y Cajamar.
Esta suma de organizaciones y a las que está previsto añadir instituciones como la Diputación Provincia y los ayuntamientos pueden dar un impulso a ese camino de sostenibilidad ya trazado desde hace tiempo.
Y hablando de sostenibilidad, uno de los pendientes, y en donde se han producido avances, es en la limpieza del campo. ¿Cuándo alcanzaremos el ansiado residuo cero?
Bueno, ese es un tema vital para nosotros, no sólo por el objetivo de lograr una producción de residuo cero, que en muchos casos estamos consiguiendo, sino para cambiar de una vez nuestra imagen de cara a nuestros mercados y consumidores.
Hay una percepción equivocada de nuestro mar de plástico y aunque desde hace tiempo trabajamos para cambiar esa imagen con los programas CUTE o con el congreso Inversolar que promueven Hortiespaña, APROA y AREFLH, todo lo que hagamos es poco.
En ese sentido, me parece importante destacar el acuerdo alcanzado entre COEXPHAL y la Asociación de Gestores de Residuos de Almería (AGRA) para la recogida y reciclaje de residuos plásticos para que todo agricultor y empresa productora de frutas y hortalizas disponga de un servicio de recogida y valorización de plástico agrícola. Este es un gran paso para lograr la gestión total de estos residuos.
Y en esa dirección, también quiero destacar la prueba piloto para la implantación de un sistema que garantice la trazabilidad del residuo plástico agrícola denominado “TRAZYPLAST” en el que participamos COEXPHAL junto a la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible y las organizaciones sectoriales ASAJA Andalucía, COAG Andalucía, UPA Andalucía, APROA, ECOHAL, Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía, HORTYFRUTA y la citada AGRA.
Todo suma y va en esa dirección.
Por último, ¿algún mensaje para el sector hortofrutícola?
Creo que, aunque, como he comentado, tenemos todos estos importantes retos por delante, somos un sector que ha demostrado ya en varias ocasiones su capacidad de adaptación a los tiempos de crisis; las más recientes en la época más dura de la pandemia o ahora cuando tenemos una guerra en el corazón de Europa y que nos está afectando a todos.
Siempre he dicho que lo más válido son las personas, y sigo creyendo en ello: los hombres y mujeres que componen nuestro sector desde nuestros agricultores, pasando por nuestros trabajadores de los almacenes, nuestros comerciales y gestores, hasta nuestros transportistas… todos hacen posible que nuestros productos, de una calidad exquisita, lleguen durante casi todo el año a los hogares de esos 500 millones de europeos a los que alimentamos saludablemente.