La Sanidad Vegetal es necesariamente un ámbito de conocimiento multidisciplinar
donde se desarrollan e interaccionan las áreas de la patología vegetal, la entomología
y la malherbología.
El pasado 24 de noviembre se celebró una jornada divulgativa organizada por el
Departamento de Protección Vegetal del Instituto Nacional de Investigación y
Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA), con motivo de la declaración por parte
de la FAO de 2020 como Año Internacional de la Sanidad Vegetal, que contó con la participación de expertos a nivel internacional en el campo de la Sanidad Vegetal y se presentaron algunas de las líneas de investigación del INIA.
La transdisciplinariedad fue también el eje de la presentación de Jordi Recasens,
Catedrático de la Universitat de Lleida, que ahondó en la estructura de las fuentes de
inversión en investigación y la transferencia, poniendo como ejemplo el caso de la
malherbología, y haciendo hincapié en la necesidad de participación de los elementos
sociales en el proceso.
Entre las ideas propuestas por Recasens, destaca la interacción creciente entre ciencia y sociedad y la necesidad de impulsar proyectos e iniciativas de investigación que surjan desde los propios técnicos, investigadores e incluso agricultores hacia las instituciones, un modelo bottom-up, es decir, de abajo arriba.
Por su parte, Naresh Magan, Profesor de la Universidad de Cranfield (Reino
Unido), puso el foco en la incidencia del cambio climático sobre la pérdida de
rendimiento de las cosechas desde la perspectiva de la Sanidad Vegetal, abordando la
importancia del control biológico de enfermedades y plagas en futuros escenarios. Según Magan, la mayor temperatura media está provocando el desplazamiento de algunas de estas plagas hacia los polos Norte y Sur, a un ritmo de 5 kilómetros por año, lo que podría alterar la biodiversidad en muchas zonas del planeta.
Otra de las ideas que transmitió Magan fue la resistencia de los cultivos ante la alteración de los factores abióticos que estaría provocando el cambio climático. En concreto, según la información que aportó, el trigo podría perder hasta un 20% de su productividad en base a un ensayo de 5 años en el que se experimentó con un aumento de 4ºC en la temperatura media y 700 ppm de CO2. En el caso del maíz, se espera que las necesidades de riego aumenten en los próximos años y se produzcan descensos en el rendimiento medio entre el 5 y el 10%. Este experto recordó que las malas hierbas representan el 45% de la problemática asociada a la sanidad vegetal de los cultivos en todo el mundo.
En el campo de la Sanidad Vegetal caben todo tipo de aproximaciones, como se puso de manifiesto en las presentaciones llevadas a cabo por los miembros del
Departamento, mostrando estudios desde la genómica hasta los ensayos de
campo, aspectos básicos de la biología y ecología de los agentes dañinos y aspectos
de digitalización, sin olvidar las diversas aproximaciones para su detección y
control, que finalmente es el objetivo de esta disciplina y el eje que une a sus
integrantes.