
Diego Amat, presidente de Grupo Agroponiente, analiza en esta entrevista las claves de la incorporación del socio inversor Abac que fortalecerá la capacidad competitiva de la compañía y de sus agricultores.
Han pasado más de 30 años desde que nació Grupo Agroponiente y usted sigue presidiéndolo, junto a muchos de los que lo fundaron junto a usted. ¿Cuál ha sido el secreto para llegar adonde se ha llegado? Normalmente, en este tipo de cuestiones no hay secreto o, como mucho, el secreto es muy sencillo: nada más que trabajo, ilusión y equipo. No ha habido otro.
En estas tres décadas, ¿qué es lo que le hace sentirse más orgulloso? Lo que más orgullo me hace sentir es el rendimiento de una empresa que nació con toda la humildad e ilusión y que hoy por hoy es un pilar importante del sector. Empezamos facturando 24 millones de euros y ahora se sobrepasan los 300; se comenzó con 60 empleados y ahora hay más de 1.000, cobrando todos los meses todos con absoluta seguridad; abrimos con una nave de 10.000 metros cuadrados y ahora tenemos más de 25 centros logísticos.
Presumen en GRUPO AGROPONIENTE de volcar su actividad y su filosofía en el servicio al agricultor. ¿En qué se plasma esa filosofía y qué valor diferencial tiene la compañía en ese sentido? Siempre nos hemos mantenido muy pegados a los agricultores en la parte técnica en sus procesos productivos y en la capacidad de comunicarle lo que pasaba en el mercado. Todo eso ha redundado en que más de 3.000 agricultores confíen en nosotros. Nuestro nivel de fidelidad es altísimo.
Grupo Agroponiente ha anunciado recientemente la entrada de Abac Inversores en la compañía y el propio Grupo Agroponiente adquiere un mayor porcentaje de acciones de Vegacañada y la compañía Lara Castañeda. ¿Cuál es la resultante de todo esto y el objetivo de la operación? Futuro y la continuidad de la profesionalización que siempre ha abanderado esta empresa, ahora con un nuevo e importante impulso. Estamos en una empresa que nació muy familiar, aunque con muchos accionistas, pero el futuro es fundamental y hay que asegurarlo, incluyendo la sucesión de quienes la fundaron.
Hemos incidido en el camino de la profesionalización de una empresa que está completamente saneada y que puede mirar al futuro con ambición. El sector lleva muchos años manejando el mensaje de que este sector necesita profesionalizarse y desarrollar grupos fuertes para poder competir internacionalmente, que además es lo que nos dice el mercado.
El mercado también ha pasado de gran cantidad de clientes a que diez grandes grupos vendan el 80% del producto. Tenemos que alienarnos con lo que demanda el mercado.
¿Por qué es una noticia positiva tanto para la empresa como para el sector que los grandes fondos de inversión se interesen en una empresa como Grupo Agroponiente? Primero porque Grupo Agroponiente, para este socio inversor, será una representación fiel de lo que es la producción y comercialización de Almería. Es bueno para Almería y su provincia que inversores de estas características crean en este sector. Es una clara demostración de que lo hemos hecho bien, que el sector interesa a la economía y que está vivo. Tenemos que sentirnos orgullosos de ser la primera compañía en la que se ha producido una operación de este tipo. No deja de ser una forma del mercado de financiar los proyectos de futuro. Sin duda es una gran oportunidad que tenemos que saber aprovechar y que pondrá al sector en el sitio que le corresponde.
¿En qué desarrollos se va a traducir la llegada de la nueva inversión en la compañía? Se va a trabajar de una manera importante en la mejora general de la compañía en beneficio del agricultor, con inversiones en optimización de los centros de transformación de producto, lo cual permitirá optimizar los costes, beneficiando claramente al productor; desarrollando alianzas con los agricultores para mejorar la posición y de éstos, diversificando en actividad y producto e invirtiendo en aquellos proyectos que sean precisos, para convertirnos en una base consistente para que nuestros agricultores sigan creciendo con nosotros.
¿Cuál es la importancia de conformar un grupo comercializador potente de cara al mercado internacional y cuál su repercusión en el tejido productivo y en los agricultores? Hacer un grupo fuerte permite que cualquier agricultor, desde 1 a 100 hectáreas, pueda vender sus productos en todo el mundo, con la potencia de un gran grupo y de sus relaciones con los grandes grupos del mercado.
Los pilares son muchos, pero podríamos destacar la aceleración de la profesionalización del Grupo y la anticipación con respecto al mercado de destino, de la mano de la innovación de nuestros agricultores.
¿Cuáles son sus grandes retos de cara a los próximos años y los del propio sector en general? El gran reto es que la empresa y el sector mantengan e incluso potencien su capacidad de competir con otros países productores, venciendo a las amenazas que siempre hemos tenido pero que, día a día, también crecen. Queremos fortalecer la potencia en origen que hasta ahora hemos tenido, lo cual se construye con nuestros agricultores; algo que jamás podremos olvidar.