
En un estudio publicado en la revista Hydrology and Earth System Sciences, Francisco Pellicer, investigador en la Universidad Católica de Murcia, ha analizado, junto a José Miguel Martínez Paz, profesor de la Universidad de Murcia, los posibles efectos del cambio climático en el trasvase Tajo-Segura.
El equipo de investigación ha comparado un escenario sin cambio climático con otros dos escenarios del Panel Intergubernamental para el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés). “Para un escenario de cambio climático, a partir de 2040 se intensificarían los periodos de sequía en los que no habría trasvase. Para el otro, la situación sería más crítica aún a partir de 2070, ya que no podría realizarse ningún trasvase”, advierte Pellicer, autor principal del trabajo, que ha contado el apoyo de la Fundación Séneca-Agencia de Ciencia y Tecnología de la Región de Murcia.
Para comprender las posibles alteraciones del ciclo hídrico, los expertos simularon proyecciones climáticas y calibraron un modelo hidrológico. Las predicciones indican reducciones futuras de entre el 68 % y el 90 % de las nevadas y las cubiertas de nieve, y una disminución de entre el 70 % y el 79 % en los flujos que podrían transferirse a la cuenca del Segura, respecto a un escenario sin cambio climático.

En este sentido, el primer escenario de cambio climático analizado, en el que se estabilizarían las emisiones de CO2, el caudal trasvasado medio que llegaría a la cuenca del río Segura sería de unos 111 hm3/año. “Mientras que para el escenario en el que no se estabilizan las emisiones, el caudal que se trasvasaría sería de unos 77 hm3/año, un 14 % del total esperado”, informa el investigador.
El impacto económico afectaría fundamentalmente al sector agrario de la cuenca del río Segura. Se generarían unas pérdidas directas de entre 380 y 425 millones €/año y se destruirían unos 7.000 puestos de trabajo directos.
Esta situación se produciría de no realizarse ningún cambio significativo en la estructura de usos de agua en la cuenca del río Segura, ni incrementarse los recursos hídricos disponibles mediante desalación o trasvases desde otras cuencas.