Cuidado con las subidas de precios y sus costes reales

hortalizas en el super

El continuo incremento de los costes de producción y unos precios medios en origen que llevan años sin incrementarse son las dos principales razones que lastran al sector hortofrutícola almeriense en estos momentos. Ha subido todo, la mano de obra, la luz, el combustible, las semillas, los abonos, … En cambio, hay pocas diferencias entre el precio que recibe hoy el agricultor por un kilo de tomates y el que recibía tiempo atrás.

El sector sigue haciendo bien las cosas, cada día un poco mejor, diría yo ¿Dónde está entonces el problema? Los productos frescos son un reclamo para que los consumidores acudan con asiduidad a los supermercados a hacer la compra. A menudo las mejores ofertas tienen como protagonistas a frutas y verduras. Ayer mismo veía un anuncio en televisión en el que el ‘discount’ de turno sacaba pecho por vender baratos los productos locales ¡Qué gracia le tiene que hacer a los productores!

En estas últimas semanas que ha apretado el frío, la producción se ha regulado y los precios han subido. La meteorología no falla. Sin embargo, no es oro todo lo que reluce para los productores y las empresas de comercialización. La distribución aprieta a aquellas empresas con las que tiene acuerdos previos para conservar un precio menor, pero a la vez incrementa el PVP en sus lineales. Su objetivo es ganar y evitar asumir más costes de los previstos.

La trampa está en que la escasez de producto obliga a comprar fuera de lo que estaba previamente planificado, teniendo que pagar por la mercancía hasta más dinero del que recibirán por ella una vez servida a la cadena de supermercados. Si esto no se hace se puede recibir una penalización y además perder un cliente.

La solución sería muy sencilla, siempre y cuando la distribución estuviera dispuesta a asumir la parte que le corresponde en momentos como el actual, aplicando no sólo una subida de precio de venta, sino también de la del precio de compra a sus proveedores. Ya lo dice la sabiduría popular, el pez grande siempre es el que se come al chico. Tranquilos, la nueva ‘ley de la condena’ tampoco está para esto.

Hace unos meses veía con envidia como las grandes empresas de alimentación ultraprocesada salían todas a la vez para anunciar que debido a la escasez de materias primas y a la subida de los costes de producción incrementarían el precio de sus productos ¿Se imaginan que alguna vez podamos hacer eso aquí, con nuestras frutas y verduras? Claro, tampoco podemos fijar precios mínimos.

David Baños

Periodista

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