Texto y foto: Jan van der Blom, responsable del Dpto. de Control de Plagas de COEXPHAL.
Una vez terminada la campaña de primavera, y antes de llevar a cabo la nueva plantación, se recomienda a los agricultores hacer un análisis de suelo, con objeto de poder realizar adecuadamente el abonado de fondo. Hay que restituir los parámetros nutricionales que haya podido perder en el transcurso del cultivo anterior.
Aunque no se vaya a realizar abonado de fondo, resulta igualmente necesario el análisis del suelo del invernadero. Así se determinan los posibles problemas de salinidad, originadas por un manejo poco adecuado en la fertirrigación, y se conoce con exactitud en que nivel se encuentran los distintos nutrientes en el suelo. Es muy importante adecuar, desde el inicio del cultivo, la fertilización en el riego para obtener el mejor rendimiento de los cultivos, utilizando los fertilizantes adecuados y en sus cantidades correctas.
La mejor cosecha solo se consigue con un buen balance entre las aportaciones de todo lo que la planta necesita. No les pueden faltar nutrientes esenciales, ni puede tener un exceso de estos elementos. Sin tener los resultados de un análisis, es difícil saber cuándo se llega a este equilibrio y cuándo es necesario corregirlo.
No hay dos cultivos, ni dos suelos iguales, así que tampoco la fertilización puede ser siempre igual. Curiosamente, aún hay agricultores que casi nunca analizan sus suelos. Están echando abono a ciegas. Para optimizar la fertilización, se recomienda analizar las muestras del suelo, o del sustrato de los cultivos en hidropónico, cada dos meses. O, por lo menos, dos veces en cada cultivo: en el momento del transplante y tres meses después. Para no echar abono y dinero a ciegas. Para ganar frutos, hable con su técnico o con el Laboratorio de COEXPHAL-FAECA.