Las autoridades italianas han detenido la entrada al país de una partida de tomate Cherry procedente de Turquía, por contener residuos de pesticidas, a través del Sistema de Alerta Rápida para Alimentos y Piensos (Rapid Alert System for Food and Feed, RASFF) , según afirma el medio Hortoinfo.
La notificación 2022.7353 del RASFF, en los tomates turcos se encontraron residuos en exceso del insecticida Clorpirifos, al realizar un control en la frontera, estando pendiente en el momento de emitir la notificación de si el producto era destruido o se reenviaba al remitente.
El uso de Clorpirifos está prohibido en Europa debido a su peligrosidad.
La sustancia Clorpirifos se encontraba presente en una proporción de 0,19 +/-0,1 mg/kg-ppm, no estando autorizado su empleo en hortícolas y, en cualquier caso, su Límite Máximo de Residuos (LMR) está establecido en el mínimo detectable en laboratorio, 0,01 mg/kg-ppm.
Clorpirifos
Se trata de un insecticida organofosforado, con un amplio grado de control y alto poder de penetración, que actúa sobre los insectos por contacto, ingestión e inhalación. Controla un amplio espectro de insectos chupadores y masticadores.
El día 6 de diciembre de 2019 la Comisión Europea prohibió totalmente por su peligrosidad el uso de Clorpirifos.
Un grupo de investigadores de las facultades de Farmacia y Bioquímica y de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA), junto con científicos de la Universidad Nacional de Comahue (Argentina), han comprobado que la exposición a bajas dosis de Clorpirifos (CPF) produce cáncer de mama.
Tras la reducción de los LMR para esta sustancia por parte de la Comisión Europea, el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente español aprobó la retirada de los formulados a base de Clorpirifos (etil), para su empleo en los cultivos de tomate, pimiento, melón, sandía, patata, coles, alcachofa, manzana, pera, melocotón, uva de mesa, frambuesa y arándanos.